Y efectivamente, era él lo que debía hacer ahora...
Aquel hombre, que le arropaba entre sus brazos, la acariciaba y le gritaba al oído millones de "Te quieros" cada día.
NesKa había conseguido enamorar a aquel hombre que la hacia sentir especial sólo con mirarla. Había ganado esa batalla que empezó hace 5 años al cruzarse sus miradas en un encuentro dónde, pese a tener mucha gente a su alrededor, sentían estar completamente solos.
Le había devuelto esa sonrisa pícara e inocente, las ganas de luchar por esos sueños imposibles, las ganas de disfrutar de las pequeñas y las grandes cosas de la vida, de aprender del otro, del dar y recibir mucho a cambio, de ser feliz y poder compartirlo con alguien a quien quería.
Hoy Neska se despertó con él a su lado, esta vez no tubo que buscarlo, estaba justo dónde tenía que estar; él esperaba a que abriera los ojos y ver su dulce despertar, ella, que siguiese ahí rodeándola con sus fornidos brazos. Se acarician y suena aquello que siempre rompe grandes sueños, el despertador. Pero esa mañana no era el despertador quien les separaría, eran sus sueños y sus ganas de compartir mucho con ella lo que lo iba a hacer.
Se preparan, se sonríen, comparten el almuerzo, se besan, cogen las maletas y se abrazan. Dirección aeropuerto, se cogen fuerte de las manos y no dicen nada.
Ya allí, llega la hora de separarse y que sus destinos se decidan durante esta semana importante. Una semana que puede cambiarlo todo o nada.
Y NesKa se pregunta: Todo o nada? A veces es mejor dejarse llevar por el destino.
- Nos vemos a la vuelta, te Quiero...
"Eso es lo único que no cambiarán sus destinos"
ToDoS SoMoS NesKa,
LiLa :)